El Niño Y La Sirena
Un día una pareja de jóvenes esposos, los cuales vivían el la Isla de los Uros, querían tener hijos, pero no podían; Fue entonces cuando la mujer se acercó a las orillas del lago y pidió con todo su corazón al Lago Titicaca un hijo para cuidarlo y educarlo.
Pasaron los días pero un cierto día, la mujer escucho unos llantos, que venían de la parte posterior de la casa, corrió a ver y se llevo una gran sorpresa al ver un hermosos bebe rubio, agradeció por este regalo al Lago. Esta fue una noticia muy comentada por los habitantes de la isla, pasado el tiempo, el hermosos bebe creció y tenia seis años le gustaba la pesca igual que su padre, un día el padre le contó que a los niños buenos y educados se les aparecía una bella sirena la cual les concedía un deseo por su magnifico comportamiento, ese relato causo gran interés en el pequeño quien decidió salir a pescar todos los días a la orilla del lago.
Cierta oportunidad, después de lanzar el cordel y el anzuelo , se puso a pensar ¿Qué pediría?, como todo niño en su corazón solo anhelaba un juguete; pero interrumpieron sus pensamientos unos jalones en el cordel que le anunciaban que había capturado algo, pero mas grande fue su sorpresa cuando vio una sirena enganchada por el hombro, ella sangraba y muy asustada le suplicaba que la deje libre. El niño muy obediente hizo caso a esto y la sirena antes de irse le dijo que le pidiera un deseo, el pidió un juguete, la sirena rápidamente se zambullo en el lago y salio con un hermoso torito de barro, el niño muy feliz agradeció por el obsequio, al ver esta expresión en su cara la sirena le dijo que cualquier deseo que el tuviera se acerara a la orilla y pidiera que ella se lo concediera.
El niño se encontraba muy frecuentemente con la sirena, hasta que en cierta oportunidad, la madre del pequeño cayo muy enferma y no podía curarse, todos los habitantes de la isla al ver esto dijeron que era culpa del niño y lo obligando a su padre a que abandonara a su hijo muy lejos de la isla, el padre pensó en eso y decidió abandonar a su pequeño en una isla abandonada muy lejana.
Al entesarse de eso el pequeño corrió a la orilla del lago y contó lo sucedido a la sirena, quien viéndolo llorar le propuso que se fuera con ella pero también le recordó que podía pedirle lo que fuera. Entonces el pequeño le pidió que sanara a su madre, la sirena se zambullo en el lago y salio con unas hojas diciéndole que preparara un mate con ellas, el pequeño fue a su casa y después de convencer a su padre, le preparo el mate y se la dio a beber. Tiempo después una tormenta azoto la isla, lo cual también culparon al niño, y los habitantes de la isla volvieron a decirle a sus padres que tenían que expulsar al su hijo definitivamente de la isla. El pequeño se entero y corrió a ver a su amiga sirena, ella se lo quiso volver a llevar, pero la ambición de su padre al saber que la sirena le concedía todo a el pequeño, hizo que le pidiera oro y plata. Al obtener su ambición, contó ese echo a sus vecinos quienes corroídos por la ambición planearon una trampa para capturar a la sirena, obligandola a decirles de donde provenía el oro y la plata.
La obligaron a decir de donde provenía tal riqueza, pero la sirena no podía comunicarse con otra persona que no fueran el niño, al ver esto los pobladores empezaron a golpearla y trajeron al niño, al verla, el pequeño corrió hacia ella, ante la mirada atónita de los pobladores la sirena empezó a transformarse en una mujer rubia, al niño le salio una cola de pescado luego salto al lago y escapo
La sirena murió dejando escapar a su pequeño por que ella era la verdadera madre del niño, el niño como castigo, por sus malos actos, hizo una maldición al pueblo para que vaguen por todo el lago y nunca tengan un lugar fijo donde vivir.
Escribe: Edith Idme Orcoapaza
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